Quiero agradecerles a todos los que visitaron la terraza de Valerio Bonsai, a todos los que nos recibieron en su casa. Cuando Joaquin comenzó este emprendimiento, con idea de nuestra maestra bonsaísta de Campana Ciudad del Bonsai Graciela Jacob nunca pensé que iba a perseverar, y con voluntad seguir diariamente hasta ocupar todo su día en este arte. La idea original de Grachu era poner en una mesa en la puerta de casa, teníamos tantos bonsais, que dijimos en familia, vamos a acondicional la terraza y así empezó Valerio Bonsai. El nombre lo eligió Joaquin junto a nuestra maestra de bonsai, yo les digo, elige un nombre más japonés. Y no, él se plantó en Valerio. Y así se planta cuando yo le digo, no ganas dinero poniéndolo a ese precio y él se pone firme es así, tal cual. Es un arte, es una terapia y necesitan muchos cuidados, desde el riego hasta el quitarle una hojita amarilla. El tiempo ha pasado, más de 1800 amigos de Valerio Bonsai han pasado en la atención, charla y escucha de Joaquin. Este comienzo de año, fue diferente. Me sumé a acompañarlo como empaquetadora de los pedidos, como su ayudante jardinera y me hizo tanto bien a mi trabajo intelectual que realizo que ya he tomado ese gustito de perderme en la terraza y mis editores me apuran que termine mis trabajos para mandar a imprenta. He logrado junto a mi hijo unir la pasión que tengo por la naturaleza con la literatura como su ayudante y me hace feliz, nos hace feliz, trabajar así, en familia. Mi eterno agradecimiento a todos los amigos que pasaron por la terraza, a los que nos recibieron con un vaso de agua, una charla en su casa y bienvenidos a los que están por venir.