"Bravuconear", "matonear", "intimidar", "amedrentar", "atemorizar". Son varias las palabras que pueden utilizarse en español para definir qué es el bullying. Sin embargo, la expresión alcanzó reconocimiento global en inglés y ya casi no se la traduce, salvo cuando es reemplazada por "acoso escolar".El acoso escolar existió siempre, mucho antes de que fuera llamado bullying.Todavía hay quienes lo consideran “cosa de niños”, lo naturalizan y sostienen que el desafío de superarlo genera en la víctima una capacidad de resistencia favorable para su vida adulta. Sin embargo, los terribles finalesde muchos casos que alcanzaron resonancia internacional dan cuenta de que es un fenómeno que requiere atención por parte de padres y docentes.Claves para saber qué puede hacer uno como padre o docente, para prevenir el bullying y evitar que este fenómeno se extienda y termine afectando a acosados, acosadores y observadores en su vida adulta.